Podeis ver en este vídeo que elaboramos en biocultura, las miles de Magdalenas de Proust que existen para cada uno de nosostros. En la famosa obra del escritor francés Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, uno de los fragmentos más conocidos y nombrados tiene lugar en la primera de las 7 obras, Por el camino de Swann, cuando el narrador rememora recuerdos de su infancia al comer una magdalena con una taza de té, ya que asocia el sabor, la textura y el aroma de la magdalena con ese mismo estímulo vivido años atrás, en la niñez, pasados en los viajes que hacía con sus padres a la casa de la tía Leoncia.
Con ello, una vulgar magdalena se ha convertido en el símbolo proustiano del poder evocador de los sentidos.
Nosotros en nuestra particular La Magdalena buscamos el retorno de los sabores no adulterados, originales para compartirlos con todos vosotros.