Solemos comer 3-4 veces al día. Pero, ¿tenemos realmente hambre cada vez que nos sentamos a comer?. Aprende a escuchar a tu cuerpo.
El hambre es un mecanismo poco conocido. A menudo comemos por costumbre, sin escuchar a nuestro cuerpo, o sencillamente por costumbre porque pensamos que tenemos que comer tres veces al día.
Sin llegar a la práctica del ayuno o a saltarse comidas, es bueno saber escuchar a tu cuerpo para conocer realmente sus verdaderas necesidades.
Lo primero, ajusta tu dieta a tu actividad física.
Comer es proporcionar al cuerpo la energía que necesita para mantenerse durante todo el día. Es necesario comer para poder desarrollar nuestra actividad diaria. Sin embargo nos olvidamos que hoy en día llevamos una vida mucho más sedentaria que hace 50 años y no hace falta comer tanto. Pasamos la mayoría del día sentados delante de una pantalla, y consumimos tres comidas diarias, no es de extrañar que a todos nos sobre un poco de peso.
Aprende a reconocer el hambre
El hambre es una señal que el cuerpo nos envía, una alerta, con ello nos indica que necesita energía. No tiene nada que ver con los típicos ruidos en el estomago, que lo que indican es que el aire fluye a través del sistema digestivo. Al sonido de borboteo en el estomago, a menudo se le llama hambre. Pero, ¿es hambre de verdad?. Es importante diferenciar entre estas dos sensaciones, para entender nuestras necesidades reales.
Lo más importante un buen desayuno.
Mucha gente se salta el desayuno por la mañana. Otros desayunan los cereales que nos venden en los supermercados en los que a menudo el azúcar es el ingrediente principal. Solemos comer mucho azúcar por las mañanas y esta se digiere muy rápidamente.
Lo que nos suele pasar a continuación es que a media mañana sentimos que nuestra energía se viene abajo y muchos lo solucionamos con un café. Pero un café es casi nulo en nutrientes y no nos ayuda en nada.
Trata de sustituir los cereales ricos en azucar por otro tipo de cereal bio, por ejemplo un muesli bio, con leche o yogur, o mejor aún con una leche vegetal como la de arroz o almendra mucho más digeribles que la leche de vaca. Añade una buena cucharada de miel, y con esto te garantizamos que resistirás ampliamente toda la mañana. De hecho, un buen muesli bio consiste en granos de cereal enteros que se digieren durante cuatro horas.
Prueba a saltarte una comida.
Cuando se acerca la hora de comer, si no te sientes cansado y flojo, prueba a saltarte esta comida y observar las reacciones de tu cuerpo. Toma un poco de frutos secos, pasas, dátiles higos secos, nueces, almendras, avellanas, anacardos, etc. Estos alimentos energéticos te mantendrán bien despierto hasta la noche.
Hay gente que puede pensar que las almendras o los frutos secos engordan. Pero date cuenta que son mucho mejores que cualquier alimento procesado que encuentres en el supermercado, cuyos ingredientes son almacenados por tu cuerpo, porque no los reconoce y digiere mal. Hablamos de ingredientes como el aceite de palma hidrogenado o aditivos alimentarios, como el E100 o E200, presentes en todas las galletas industriales.
El marketing de la industria alimentaria ha logrado hacernos creer que alimentos como las almendras son peores que el azúcar blanco o los aceites hidrogenados. ¡El mundo al revés!
Presta atención a tu estado de ánimo
Evita comer demasiado si estás enojado o estresado. El estado mental es tan importante como el tipo de comida que ingerimos. Si estamos estresados, el dolor de estómago está garantizado! Espera un poco antes de comer, tiempo para relajarte, así se asimilará mucho mejor la comida.
Así que como conclusión, de vez en cuando prueba a tomar sólo dos comidas al día o menos. Sentirte bien haciéndolo dependerá de la calidad de los alimentos que comas, la actividad que hagas y tu estado de ánimo.
Conoce nuestro curso de cocina en Madrid. Cocina rápida para gente con prisa